Consejos

Cómo evitar el embarazo en la adolescencia


Las jovencitas de hoy están menstruando un año antes y teniendo relaciones sexuales tres años antes que las chicas de años atrás, lo que aumenta la probabilidad de un embarazo a una edad temprana.
Hoy los jóvenes además de enfrentarse a los complicados efectos propios de esta etapa, tienen que hacerlo también ante a un bombardeo fatal de ideas liberales y falta de valores, ellos no pueden lidiar solos con esta situación, es necesario la guía de los padres.

 
                                                                    Mantén un relación abierta afectuosa y empática con tus hijos, es decir ponte también en el lado de ellos y viceversa.
Trabaja con tus hijos la independencia y su autoestima, enséñalos a ser auto reflexivo.
Oriéntalos para que se dirijan y controlen su conducta de acuerdo a una escala de valores.
Que no te de pena hablar con tu hijos sobre temas de sexualidad y las consecuencias de ejercerla irresponsablemente. Platica con ellos sobre los riesgos y complicaciones que tendrá en caso de embarazarse y como cambiará su vida desde ese momento. Entre más temprano hables con ellos sobre estos temas, es mejor.
Si crees que no sabes lo suficiente sobre sexualidad, preparate: Lee libros y asiste a cursos y talleres que hay en la materia y en los que se abordan temas como el uso e importancia de los métodos anticonceptivos y la manera de evitar un embarazo o contraer una infección de transmisión sexual.
Si no te gusta hablar con tus hijos sobre sexualidad, entonces acompáñalo a un centro de salud o inscríbelo a talleres donde tratan tales temas.
Hazle saber a tus hijos que la prevención de un embarazo no solo concierne a la mujer, es cosa de dos; el hombre tiene también la obligación de asumir su responsabilidad en la prevención de este problema e inmiscuirse más en caso de que vaya a ser padre, pues aunque no haya una unión formal con su pareja es muy importante su presencia durante la gestación y educación de su hijo.

 

Estos son al gunos consejos para los padres


Esperamos que los siguientes consejos le ayuden a guiar a sus hijos a tomar buenas decisiones en sus vidas y también, a evitar el embarazo juvenil.
  • Tratemos de dejar atrás las ideas anticuadas que nos impiden comunicarnos honestamente con nuestros hijos: hablemos con ellos --niñas y niños--abiertamente sobre el amor, las relaciones y la sexualidad.
    Si usted cree que no es fácil hablarle, no está solo; hay muchos padres en su misma situación. Si su adolescente se hace el "sabelotodo", no se desanime. Lo que ocurre es que a él/ella se le hace tan difícil tocar este tema como a usted. La realidad es que sus hijos quieren que usted sea la persona que les hable. Después de todo, los padres son los primeros maestros de sus hijos y por lo tanto, los hijos confían en los padres.
  • Comencemos a hablar sobre la sexualidad desde temprana edad y con frecuencia.
    Desde pequeño, el niño tiene curiosidad por su físico. Si comienza a explicarle paso a paso los cambios que ocurren en su cuerpo, cuando llegue el momento de entrar en detalles será menos incómodo para los dos. También puede aprovechar para hablarle de sus sentimientos, ya que el niño está desarrollándose también en el aspecto emocional y social: él/ella está conociéndose a sí mismo y aprendiendo a comportarse en el mundo que le rodea. No espere a que su hijo sea grande para tener una sola conversación. Piense que la vida es una escuela y que usted, como padre, es el mejor maestro.
  • Supervisemos las actividades de los hijos sin dejar de entender que ya no son niños, sino jóvenes adultos que necesitan cierta independencia.
    A esta edad sus hijos pasan de ser niños a ser adultos. Habrá momentos en que se comporten como chiquillos, durmiendo con un muñeco favorito o coleccionando tarjetas de deportes, y habrá otros en que se rebelen cuando usted comienza a limitar sus salidas y horarios. Dese cuenta que ésta es la etapa más sociable de los chicos y propóngase a conocer a sus amigos (recuerde que ellos tienen gran influencia.) Si usted trata a su hijo de manera justa y calmada, puede que él/ella comprenda que su único interés es el de protegerle.
  • Los padres tenemos derecho a saber con quién salen nuestros hijos.
    Cuando un hijo entra en la adolescencia, a los padres nos toca supervisar su vida social. Para ello nos vemos obligados a poner ciertas medidas. A los adolescentes más jóvenes debemos aconsejarles que salgan con amigos, en grupo. Y cuando les llegue el momento de salir en pareja, entonces nos queda recomendarles que traten de hacerlo con chicos(as) de su misma edad. Podemos explicarles, por ejemplo, que las chicas que salen con jóvenes de mucha más edad se exponen a una presión mayor y se arriesgan a situaciones peligrosas, como un contacto sexual no deseado.
  • Es bueno que estemos al tanto de lo que nuestros hijos ven, leen y escuchan.
    En la televisión, las revistas y la radio abundan mensajes que pueden confundir y hasta perjudicar a los jóvenes. Esté al día con la información que recibe su hijo y aproveche para aclararle esos mensajes. A veces un simple comentario puede servir para iniciar una conversación importante y productiva.
  • Ayudemos a los adolescentes a fijar metas y a explorar opciones para el futuro.
    Pregúntele a sus hijos cuáles son sus intereses, qué quieren ser, qué quieren lograr. Ayúdeles a comprender las consecuencias que pueden tener las cosas positivas --o negativas-- en su futuro. Explíqueles que --especialmente en este país--una educación o un oficio y un poco de independencia económica son importantes si ellos quieren alcanzar sus metas. Explíqueles también cómo un embarazo prematuro podría tener efectos negativos, ya que ellos serían los responsables de atender y proveer para el bebé. Si usted ayuda a sus hijos a entender las consecuencias de sus actos, es más probable ellos que tomen buenas decisiones ahora.
  • Tengamos en cuenta que la labor de un padre nunca termina.
    No importa cuál sea su edad; de una manera u otra, los hijos siempre necesitarán de sus padres. Cultive una buena relación con ellos, tratándoles con amor, paciencia y respeto a través de sus vidas. Recuerde que cuando los padres y los hijos se llevan bien, comparten no solamente el cariño sino también una buena comunicación.
            



                                       

                                                                                                                     

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